Leyendo vivimos mil historias,
nos metemos en la piel de diferentes personajes, entendiendo al otro sin perder
nuestra propia identidad, desarrollando nuestra capacidad de empatía. Podemos ser desde exploradores hasta personas sin
movilidad, desde grandes adinerados hasta indigentes, vivir en el centro de una gran
metrópolis o morir en mitad de un mar huyendo de la guerra y el hambre.
Leer nos amplía nuestra visión del mundo y nos hace más flexibles en la
comprensión del mismo; lloramos y reímos, nos mantiene vivos, soñamos y nos hace libres.
Con el libro nos relajamos, nos
serenamos para liberarnos de los problemas de la realidad, y volver a ella con mayor
capacidad, desarrollando nuestra concentración y atención.
El que sabe leer sabe escuchar.
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